El idioma galés y su historia
La historia del idioma galés (Cymraeg) comienza con la llegada a las costas británicas en el siglo VII a.C. de pueblos celtas provenientes de Europa. Estos se dividieron en dos grupos, por un lado los Brythoniaid que se asentaron en los territorios que hoy ocupan Gales, Inglaterra y la parte más meridional de Escocia, mientras que los Goidel se quedaron en la actual Irlanda. Desde la llegada de los romanos en las primeras décadas del siglo I, hasta su marcha casi cuatro siglos después, la influencia del latín dejó su pequeña huella en el idioma galés. Palabras como braich que significa «brazo» o ffenestr que traducido es «ventana», son buenas muestras de ello.
Tras la marcha de los romanos trajo consigo las ansias de conquista de los sajones, los jutos y los anglos a partir del siglo VI y que produjo una división del lenguaje británico, debido a la influencia de estos pueblos invasores. La famosa epopeya del Rey Arturo está basada en los combates librados durante ésta época y las composiciones de bardos que se han conservado hasta hoy, nos permiten apreciar la versión más antigua del galés.
A medida que estos tres pueblos conquistaban cada vez más terreno, los celtas se vieron obligados a asentarse en la península de Cornualles, en el norte de Inglaterra, al sur de Escocia y en el actual país de Gales, quedando incomunicados y propiciando con ello la creación de diferentes variantes del idioma. El bretón se desarrolló en el norte de Francia, el gaélico en Escocia y el córnico, que proviene de la península de Cornualles. Gales desarrolló su propia rama, a la que conocemos como galés.
En cuanto a como se ha podido preservar la lengua hasta nuestros días, es curioso pero la religión ayudó mucho a ésta labor. En el siglo XVI, un obispo llamado William Morgan tuvo la deferencia de traducir una biblia al galés, lo cual resultó una buena estrategia, dos siglos más tarde ya había circulando numerosas publicaciones en galés de carácter religioso. Poco después, llegaron los maestros itinerantes, que iban por los pueblos instruyendo en la escritura y la lectura a quien quisiera aprender. Gales fue la pionera en la creación de un sistema de enseñanza pública, adelantándose a la vecina Inglaterra.
Un periodo incierto para este idioma en el pasado reciente fue la explotación de las minas de carbón del sur en los siglos XIX y XX y la consiguiente llegada masiva de trabajadores de habla inglesa. Poco después, el gobierno londinense cortó de raíz la difusión del galés en las aulas, llegando al extremo de etiquetar con un cartel a los niños de habla galesa. Estos y otros reveses, como el hecho del veto a los cargos públicos si sólo hablabas galés, llegaron a relegar a este idioma a un segundo plano, siendo considerado incluso como algo bajo, inferior.
Afortunadamente, ninguno de estos obstáculos ha conseguido apagar esta llama de casi 2600 años de antigüedad.
– Aquí te dejamos algunas expresiones por si quieres aprender galés:
- Bore da – ¡Buenos días!
- Helo – ¡Hola!
- Sut mae! – ¡Que tal!
- Beth ydy dy enw di? – ¿Cómo te llamas?
- Fy enw yw Jaime – Me llamo Jaime
- Sut mae? – ¿Cómo estás?
- Da – ¡Bien!
- Diolch – ¡Gracias!
- Prynhawn da – ¡Buenas tardes!
- Hwyl – ¡Adiós!
- Os gwelwch yn da – ¡Por favor!
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Foto vía: laviajeraempedernida

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